Actualmente, sabemos que las nuevas tecnologías de la información cumplen un gran papel en la sociedad y están presentes en casi todos los ámbitos de nuestra vida pero... ¿es esto siempre positivo? El debate abierto en clase ronda en torno a esta cuestión, pues en general solemos tener solo en cuenta las ventajas de las TIC y la comodidad que nos aportan pero no observamos de forma tan clara sus inconvenientes. En este post intentaré exponer de forma general tanto lo positivo como lo negativo del tema que nos ocupa, pero me gustaría dejar el interrogante abierto para todo aquel que quiera descifrarlo.
Como es sabido, las TIC nos permiten acceder a la información y el conocimiento de forma muy rápida, eliminando barreras geográficas y haciendo que compartir opiniones y comunicarnos con otras personas sea mucho más sencillo. Hasta aquí todo bien, pero es importante incluir ciertas matizaciones, pues las nuevas tecnologías se venden como la panacea de la sociedad y la solución a todos los problemas y esto es un grave error.
Al decir que el acceso a la información y el conocimiento es más rápido, no tenemos en cuenta que en muchas ocasiones esto genera un problema: la mayoría de veces no sabemos escoger los lugares donde buscar información sobre temas que no son de nuestra competencia o encontramos incluso datos incorrectos o información desfasada que más que informarnos, nos desinforma. Y esto simplemente dejando al margen que no todos tenemos las mismas posibilidades de acceso a las TIC, pues las desigualdades sociales siguen ahí. La clave, bajo mi punto de vista, está en hacer que las personas sean capaces de filtrar la información, en enseñar a saber qué fuentes visitar y no quedarnos simplemente en los tres primeros enlaces que nos aparecen al buscar en Google. En este sentido, la educación debe recorrer aún un largo camino.
Con respecto al intercambio de opiniones y la comunicación con otras personas, observamos también que esto puede ocasionar problemas como los que se dan muchas veces en las redes sociales: ansiedad y estrés al no recibir una respuesta rápida, pérdida de la intimidad y la libertad, posible suplantación de la identidad, anonimato, etc. En mi opinión, cada persona ha de ser consecuente con sus actos y realizar un consumo responsable de estos medios, pues muchas veces el problema no se encuentra en la herramienta utilizada sino en el uso que de ella damos.
Como vemos, si bien las TIC pueden facilitarnos en cierta medida muchos aspectos de nuestra vida, también nos ocasionan problemas y dependencia. En clase también tratamos el tema de la creación en los individuos de una falsa sensación de necesidad de tener el último aparatito de moda o incluso aparatos de dudosa necesidad como el ejemplo del microondas o el lanzamiento del último modelo de iphone, que en realidad mantiene prácticamente las mismas características a excepción de algunas mejoras.
En relación a este último punto, decir que me hizo reflexionar muchísimo sobre la cantidad de aparatos eléctricos que tenemos en casa normalmente y que podríamos vivir perfectamente sin ellos, de hecho solo tenemos que comprobarlo preguntando a nuestros padres o abuelos. Sin embargo, la sociedad consumista en la que vivimos nos empuja vertiginosamente a adquirir cada vez más objetos materiales, a hacernos más dependientes, más cómodos, más inútiles.
Este tema del consumismo me ha recordado a un interesante documental que vi hace unos meses sobre el tipo de consumo que hacemos, las necesidades básicas y adquiridas y, sobre todo, qué nos empuja a consumir. Quizá no esté tan directamente relacionado con las nuevas tecnologías únicamente, pero creo que puede hacernos reflexionar sobre nuestro consumo y trasladarlo cada uno a nuestra vida.
Acabo esta entrada citando una idea del profesor que me llamó mucho la atención y que venía a decir algo así como que la velocidad nos impide la reflexión y es algo en lo que estoy totalmente de acuerdo, pues el ritmo de vida que nos obliga a adoptar nuestra sociedad acaba por hacer que nos dejemos arrastrar por la masa, que no reflexionemos sobre nuestras decisiones y nos sumemos a ese bucle de adormecimiento generalizado que nos hace tan fácilmente manipulables.
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