Uno de los temas tratados en clase esta semana ha sido el cambio de modelo educativo sufrido a partir de la inclusión de la tecnología en el ámbito educativo. Actualmente, observamos cómo los docentes cuentan con instrumentos más avanzados a la hora de plantear sus clases, tales como pizarras digitales, contenidos multimedia o redes de comunicación entre otros, pero... ¿Significa esto que la mera presencia de tales medios supone un avance? Como es lógico, no. Son muchos los docentes que cuentan con estos medios pero no saben hacer un buen uso de ellos, pues no han recibido una formación a este respecto y por tanto no sacan todo el partido que podrían a la tecnología.
Un claro ejemplo de este hecho queda reflejado en el siguiente vídeo que vimos en clase. En él, observamos claramente que introducir elementos tecnológicos en el aula sirve de poco sin un cambio de metodología.
Retomando el tema del cambio de modelo educativo citado al comienzo, hacemos referencia a que la inclusión de las tecnologías de la información y la comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje ha supuesto un cambio de responsabilidades. Hasta hace pocos años, decíamos que el docente era el mayor responsable en este proceso, pues era el encargado de preparar sus clases, explicar los contenidos, plantear las actividades a realizar, etc. Sin embargo, actualmente observamos que esa responsabilidad recae cada día más en los alumnos con la integración de las nuevas tecnologías.
Pensemos en la metodología utilizada en la universidad, por ejemplo. Hace unos años, el profesor llegaría a clase, daría su lección magistral y explicaría la tarea a realizar por los alumnos. Ahora, estamos cansados de escuchar cómo profesores nos recuerdan de cuando en cuando que tenemos que entrar en la web de la asignatura para descargar los contenidos y hacer las actividades pertinentes. ¿La diferencia? Que ahora es el alumno el que decide cuándo acceder a esos contenidos, la responsabilidad y voluntad de aprender algo recae mucho más sobre el discente. Es por ello que necesitamos un tipo de alumno diferente, que sienta la curiosidad y la motivación suficiente para acercarse a la información cuando sea necesario y trabajar de forma más autónoma.
Como vemos, la tecnología nos obliga necesariamente a realizar un cambio de metodología, de paradigma, de forma de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje; y es en este punto donde profesores y alumnos han de trabajar para adaptarse a las nuevas formas de trabajo y asumir sus responsabilidades.
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